UNAD - CEAD - Turbo - Zona Occidente
Intervención psicosocial en el contexto jurídico
en la región de Urabá
El pasado 09 de octubre de 2010, en el Auditorio Guillermo Gaviria Correa, las y los estudiantes del programa de psicología realizaron el segundo conversatorio de psicología. El programa de psicología de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia UNAD CEAD Turbo, tiene cinco cursos académicos de intervención psicosocial: Comunitario, organizacional, familiar, educativo y jurídico. Por consenso se optó por conversar a partir del curso de intervención psicosocial en el contexto jurídico.
El grupo trabajó a partir de dos aspectos orientadores: La psicología jurídica en su definición y conceptualización y, la psicología como disciplina aplicada en diferentes contextos: Centros carcelarios, memores infractores, procesos de separación y divorcios, victimología, resolución de conflictos y psicología judicial.
Luego de conversar en torno a estos dos aspectos básicos, el grupo entró a reflexionar, debatir y construir a partir de la formulación de tres preguntas:
1. Como potenciales egresados de la UNAD ¿Salimos con las habilidades y competencias necesarias para hacer intervención psicosocial en el contexto jurídico?
2. ¿Qué podemos empezar a hacer desde el aquí y el ahora para lograr el desarrollo de estas habilidades y competencias?
3. ¿Cómo creen las y los egresados del programa de psicología que la UNAD podría apoyar en el desarrollo de estas habilidades y competencias?
DESARROLLO
Colombia es un país pobre en generación de conocimiento y en la mayoría de los campos disciplinares las y los profesionales egresados de las diferentes universidades y facultades de psicología colombianas, tienen que recurrir con frecuencia a la adaptación de las diferentes teorías psicológicas que llegan del extranjero a los diferentes contextos socio-culturales y psicosociales; tanto en el orden local, regional, departamental y nacional, con el fin de que la psicología paliativamente pueda aportar algo a la mitigación de las diferentes problemáticas psicosociales por las que ha venido atravesando nuestro país en las últimas décadas.
Colombia poco ha estimulado los potenciales intelectuales de sus científicos sociales, más bien se ha observado que estos tienen que irse a otros países si quieren desarrollar todo su potencial.
En razón del planteamiento anterior llegamos a la conclusión de que las y los egresados del programa de psicología de la UNAD, y posiblemente egresados de otras universidades, no tienen todas las habilidades y competencias necesarias para hacer intervención psicosocial en una disciplina relativamente joven como es la psicología jurídica.
Creemos que el desarrollo de estas habilidades, competencias y la preparación como tal se puede cualificar a partir de la apertura a la experiencia; a partir de la actitud de auto-exigencia, autoformación y la capacidad de investigar que pueda desarrollar el profesional interesado en este campo. Adicional a esto, en la región de Urabá no hay entidades académicas a las que el profesional pueda acudir para desarrollar y estimular más sus conocimientos. Es una condición estrechamente relacionada con la visión y las concepciones que tienen tanto los gobiernos locales como la empresa privada acerca del desarrollo regional.
En las líneas de la promoción, la prevención –formación, capacitación y asesoría-, entre otras; las y los psicólogos unadistas pueden hacer aportes importantes al fortalecimiento de la intervención psicosocial en el contexto jurídico, máxime si estos aportes se hacen desde la visión y la calidad de servicios que pueda ofertar una “sociedad de psicólogos y psicólogas existente en y para la región de Urabá”.
Frente a la certeza de que a principios del siglo XXI estamos ingresando a la era de la universalización del conocimiento y la economía, -se hace urgente llegar al entendimiento y al trabajo en redes sociales de apoyo- porque empiezan a surgir desde las diferentes universidades nacionales e internacionales, programas de formación académica que en su aplicación apuntan al desarrollo de actividades muy similares a las de las y los psicólogos; lo que puede generar al interior de las comunidades una disgregación progresiva de la utilidad de la psicología.
Esta disgregación se puede sustentar en que la psicología se ha visto como un “lujo”, como un servicio al que sólo accede “el que puede pagar”. De hecho la atención psicológica individual no es un servicio que las ESE o EPS de la región presten de manera satisfactoria y consistente. Se observa que en los diferentes municipios, los problemas de enfermedad mental generalmente se resuelven de manera parcial cuando son remitidos al Hospital Mental de Bello u otras instituciones como la ESE CARISMA, entre otros.
En la región de Urabá no hay una voluntad política que conduzca al afrontamiento y la satisfacción de las demandas de las comunidades en cuanto a los servicios que presta la psicología en general. De hecho no hay ofertas amplias, suficientes y responsables en los planes de desarrollo, en los COMPOS –Comités Municipales de Política Social- y en los Planes Territoriales de Salud Pública-, coordinados en el momento desde las ESE de cada ente territorial.
Por otra parte, se está empezando a sentir la sensación de que la dinámica compleja y cada vez más fluctuante de los fenómenos y problemáticas sociales contemporáneas, empiezan a desbordar las habilidades y competencias de las y los psicólogos a tal punto que cualquier intento de intervención es insuficiente. La psicología en su aplicabilidad en lo local, regional o nacional, debe dar apertura al encuentro, entendimiento y trabajo inter-disciplinario en su labor de democratización como disciplina y ciencia social.
Hoy en día se requiere de profesionales en psicología más formados, cualificados, más humanos, con sensibilidad y vocación para poner la psicología al servicio de las comunidades y no las comunidades al servicio de la psicología. Las instituciones educativas públicas y privadas del estado colombiano tienen hoy la responsabilidad social de garantizar la integralidad en la formación académica. Pero no una integralidad representativa –en papel y teoría- sino una integralidad tangible que sea capaz de producir el cambio y la transformación social que se requiera en un contexto social específico.
¿Qué podemos empezar a hacer desde el aquí y el ahora para lograr el desarrollo de estas habilidades y competencias?
Es conveniente que las y los estudiantes de psicología, las y los psicólogos de la UNAD, participen y penetren los en diferentes espacios y mecanismos de participación social, con el propósito de posicionar en lo local, regional o nacional la “relevancia” que tiene la psicología como ciencia social en su dimensión política.
En razón de lo anteriormente expuesto, se recomienda que el programa de psicología de la UNAD en los últimos semestres de formación académica, se oriente más hacia el trabajo de campo –llevar los contenidos teóricos al plano de la praxis-. Esta es una labor que se puede potenciar desde los trabajos colaborativos, los semilleros de investigación y los conversatorios interdisciplinarios promovidos desde la misma universidad.
En el contexto que nos ocupa las y los psicólogos en formación deben acercarse y participar en las diferentes audiencias que se realizan con frecuencia en los juzgados municipales, con el ánimo de entrenarse en la observación y la identificación de los posibles aportes que potencialmente se pueda hacer desde la psicología jurídica.
La coordinación del CEAD Turbo también puede hacer extensivo el bienestar universitario y la proyección social de la universidad, generando acercamientos oficiales con las fiscalías de cada municipio, de tal manera que las y los practicantes que les interese este campo puedan tener escenarios de participación más consistentes.
¿Cómo creemos las y los egresados del programa de psicología que la UNAD podría apoyar en el desarrollo de habilidades y competencias?
De hecho la universidad ya está haciendo su contribución al promover y apoyar los conversatorios de psicología. Y, desde el fortalecimiento de la tradicionalidad y la virtualidad, la UNAD puede promover eventos sociales de carácter académico, brindando ofertas de formación en las modalidades de diplomados, cursos, especializaciones o maestrías, entre otros. Oportunidades de formación con sistemas de crédito económico flexibles e incluyentes, orientados a fortalecer las competencias de las y los profesionales en los cinco contextos de intervención psicosocial.
CONSTRUCCIONES PROSPECTIVAS
Desde lo local y lo regional se debe emprender una labor de reivindicación del buen nombre y utilidad práctica de la psicología, en cuanto a los aportes que puede ofrecer al mejoramiento de la situación de salud mental de las comunidades en situación de vulnerabilidad psicosocial. No es conveniente que al interior de la cotidianidad del común y corriente de las comunidades se sigan perpetuando y naturalizando expresiones peyorativas y en algunos sectores estereotipadas de que la psicología es para los locos, los enfermos mentales y para los ricos que pueden pagar este tipo de servicios. El que hacer del psicólogo, en su rol y el que hacer de la psicología en su dimensión política debe posibilitar el cambio y la transformación paradigmática liberadora, a partir del fortalecimiento de una labor constante de democratización cognitiva de la psicología.
Es aconsejable y conveniente para las comunidades, que las y los psicólogos de la región de Urabá acorten las distancias y barreras existentes entre sí mismos a través de un cambio de actitud y de apertura al diálogo, al encuentro, al entendimiento y al respeto mutuo por el tipo de formación psicológica que se haya recibido en cualquiera de las universidades colombianas. Como profesionales hijos de la misma disciplina –la psicología-, nos hemos acomodado cada quien de manera individual y egoísta en su propio nicho laboral. Desde allí, cada quien se ha dedicado a defender los principios dogmáticos, científicos y de estatus social que provee esta disciplina en su ejercicio, manteniéndonos al margen de los cambios, las problemáticas y las necesidades sociales más urgentes de las mayorías en situación de pobreza y vulnerabilidad psicosocial.
Con respecto al trabajo de intervención psicosocial en comunidades o escenarios institucionales específicos, se debe invitar a los conversatorios de psicología a diferentes integrantes de los concejos municipales, las comisarías de familia y juzgados, para que compartan con las y los estudiantes de psicología sus vivencias, experiencias y visión acerca de la atención en salud mental en sus entidades territoriales.
Desde la UNAD CEAD Turbo se debe empezar a promover desde los conversatorios, la realización de un FORO REGIONAL donde se inviten personas del área judicial, a pensar e identificar las necesidades que tienen estas dependencias en materia de psicología jurídica.
Para el último conversatorio de psicología del segundo semestre de 2010, se recomienda realizar un FORO al interior del CEAD, dirigido a las y los estudiantes de psicología de todos los semestres, con el fin de socializar los resultados y avances que se dieron a partir de estos conversatorios. Un espacio para promover la necesidad del “esclarecimiento de las conciencias colectivas de las y los psicólogos en formación” frente a la necesidad de auto-exigirse, disciplinarse, y responsabilizarse de su proceso educativo-formativo.
Comentario para las y los estudiantes unadistas: Por favor después de haber leído las memorias del II conversatorio, dejar sus aportes y comentarios en el libro de visitas. Al igual que notificar si hay errores en la digitación o en la construcción gramatical del texto.
____________________________
Redacción, José Gañan Bedoya
No hay comentarios:
Publicar un comentario